2-2: Exceso de confianza

Dos increíbles minutos nos dejan con un gusto amargo tras conseguir el primer punto de la temporada en el feudo bético.

Con cara de tontos. Así nos quedamos todos con el segundo gol del Betis. El gol que nos arrebató dos importantes puntos y que hay que olvidar cuanto antes.

Lo ocurrido ayer en el Ruiz de Lopera fue increíble.
El partido comenzaba bastante bien. Durante los primeros minutos de partido el equipo jugó y domino con claridad el juego. El medio del campo era totalmente blanquiazul. La especie de "trivote" que formaban Ángel, Moisés y
Jônatas estaba dando sus frutos. A pesar de algún que otro chute de los verdiblancos, el partido era periquito. Y se reflejaba en la posesión (45% - 55%) para los periquitos.

Era de esperar por ello que el gol españolista estaba cerca. Así, en el minuto 32, una gran jugada del "trivote perico" hizo llegar la pelota a Zabaleta. En un gesto ofensivo, el argentino se plantó en el vértice del área de Ricardo, centró rasa y Luis García marcó el 0-1 para los de Valverde.

El partido seguía siendo blanquiazul. Pintaba perfecto, y mucho mejor cuando nueve minutos después, la pelota caía de espaldas a Luís García de nuevo que marcó como un "killer" a media vuelta el 0-2.

"El partido está ganado", debieron pensar. Pero el EXCESO DE CONFIANZA de nuestros jugadores nos llevó a lo peor que podía pasar. A siete minutos del final, Fernando batía de cabeza a un Kameni desconcentrado, que salió "a buscar uvas" y se tragó el primer gol.

Ahora tocaba relajarse, como dijo después Luis: tirarse al suelo, perder tiempo, calmar el partido,...

Pero no fue así, segundos más tarde el balón le caía a Sobis, que condujo el balón como quiso por la desconcentrada defensa perica, regateó a Kameni, y marcó el inverosímil 0-2.

La cara de tontos que se nos quedó tardó en quitarse. En los últimos minutos del partido sólo nos quedaba rezar para que no cayera otro. Final del partido.

A olvidar los dos puntos perdidos, pues hemos ganado uno. Ahora parón, y después a por el Getafe... ¡Viva el optimismo!